Cuando pensamos en mejorar nuestro juego de tenis, muchas veces lo primero que se nos viene a la cabeza es cambiar de raqueta, mejorar la técnica o trabajar el físico. Sin embargo, hay un detalle clave que muchos jugadores pasan por alto: la cuerda de la raqueta. La cuerda no es un accesorio secundario, sino un elemento esencial que influye directamente en el control, la potencia, el efecto y la comodidad de cada golpe. Elegir la cuerda adecuada puede marcar la diferencia entre sentirte limitado en la cancha o lograr tu mejor rendimiento.
En este artículo, vamos a repasar los principales tipos de cuerdas, cómo elegirlas según tu estilo de juego y algunos consejos prácticos para mantenerlas en buen estado.
Tipos principales de cuerdas
El mercado ofrece varias opciones de cuerdas, y cada una se adapta a distintos perfiles de jugador:
Cuerdas de tripa natural: Consideradas las más premium. Brindan una sensación muy cómoda, excelente control y un toque natural difícil de igualar. Son muy apreciadas por jugadores profesionales, aunque su mayor desventaja es que son más costosas y menos duraderas, especialmente si jugás en climas húmedos.
Cuerdas de nylon: La opción más común y accesible. Son versátiles, resistentes y brindan buen control, lo que las convierte en la elección perfecta para quienes recién empiezan o para jugadores intermedios que buscan una cuerda confiable.
Cuerdas de poliéster: Ideales para jugadores más avanzados que golpean fuerte y buscan durabilidad. Permiten imprimir más efecto a la pelota y soportan un juego intenso. Sin embargo, son más rígidas y menos confortables, por lo que pueden generar fatiga en el brazo si no estás acostumbrado.
Cuerdas multifilamento: Una opción intermedia entre comodidad y rendimiento. Están fabricadas para imitar la sensación de la tripa natural, pero con mayor resistencia y un precio más accesible. Son recomendadas para quienes buscan un balance entre potencia y control.
Cómo elegir según tu estilo de juego
La cuerda que elijas tiene que responder a cómo jugás, tu nivel de exigencia y tu presupuesto:
Jugador recreativo: Si jugás una o dos veces por semana y lo hacés principalmente por diversión, buscá cuerdas de nylon o multifilamento. Son cómodas, económicas y te ofrecen buena durabilidad.
Jugador frecuente y potente: Si entrenás seguido, jugás partidos largos o te gusta pegar fuerte, lo mejor son las cuerdas de poliéster, que soportan la intensidad y mantienen la tensión por más tiempo.
Jugador de precisión y control: Si tu estilo es más técnico, te enfocás en la colocación de la pelota y en los golpes con efecto, las cuerdas de tripa natural o multifilamento son ideales, ya que ofrecen gran sensibilidad y mejor respuesta en golpes finos.
Un consejo extra: también podés probar híbridos, es decir, combinar dos tipos de cuerdas (por ejemplo, poliéster en las verticales y multifilamento en las horizontales) para aprovechar lo mejor de cada una.
Consejos prácticos para el mantenimiento
No alcanza con elegir la cuerda correcta: también hay que cuidarla. Acá van algunos tips básicos:
Controlá la tensión: La tensión ideal depende de tu estilo de juego, pero en general oscila entre 22 y 26 kilos. Una cuerda muy tensa mejora el control, mientras que una menos tensa aumenta la potencia. Revisá la tensión regularmente para que tu raqueta siempre rinda al máximo.
Cambiá la cuerda con frecuencia: Aunque no se rompa, la cuerda pierde sus propiedades con el tiempo. Una buena regla es cambiarla cada 3 a 6 meses, según cuánto juegues. Si jugás todas las semanas, probablemente necesites hacerlo más seguido.
Cuidá el almacenamiento: Guardá tu raqueta en un lugar fresco y seco, lejos del sol o de temperaturas extremas, ya que la humedad o el calor pueden deteriorar la cuerda más rápido.
La cuerda de tu raqueta es un factor clave para mejorar tu juego. No importa si sos principiante o un jugador con experiencia: elegir la cuerda adecuada puede ayudarte a tener más control, potencia y confianza en la cancha.
Probá distintos tipos de cuerdas hasta encontrar la que se adapte a tu estilo y frecuencia de juego. Y recordá que un buen mantenimiento alargará su vida útil, evitando gastos innecesarios y asegurando que tu rendimiento no decaiga.
La próxima vez que entres a la cancha, prestá atención a cómo responde tu raqueta. Quizás la clave para mejorar tu tenis no esté en cambiar de raqueta, sino en elegir la cuerda ideal.
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