¿Querés mejorar tu juego y sorprender a tus oponentes en la cancha? Aunque no seas un jugador profesional, hay tácticas avanzadas que podés aplicar para marcar la diferencia en cada punto. En el tenis, no siempre gana el más fuerte físicamente: muchas veces el que piensa más y logra incomodar al rival es el que termina llevándose el partido. En este artículo, te compartimos estrategias que van a elevar tu nivel de juego y te van a permitir ganar con más inteligencia.
Controlá el tempo del partido
Uno de los errores más comunes entre los jugadores amateurs es dejar que el rival dicte el ritmo. Si te acostumbrás a jugar siempre al mismo compás, tu oponente puede anticipar tus tiros y dominarte.
La clave está en variar la velocidad y el peso de la pelota:
Alterná golpes rápidos y planos con otros más altos y lentos, para que el rival pierda la referencia del tiempo.
Usá el slice defensivo cuando necesites bajar el ritmo, y buscá un drive agresivo en el siguiente tiro para acelerar.
Ejemplo: si el rival juega muy apurado, tirale un globo o un slice profundo para cortarle el ritmo y obligarlo a rearmar la jugada. Así no solo lo incomodás, sino que ganás tiempo para reposicionarte.
Usá ángulos amplios
Abrir la cancha es una de las formas más efectivas de desgastar al oponente. Con golpes cruzados bien ejecutados, podés obligarlo a desplazarse de lado a lado hasta generarle un error o un espacio para definir.
Practicá el revés cruzado corto que enganche al rival hacia un costado.
Una vez que lo tenés abierto, buscá el cambio paralelo para sorprenderlo.
Un recurso muy útil es el derecho cruzado pesado al revés del rival. Si lográs sacarlo de la cancha, casi siempre vas a tener un espacio enorme del otro lado para cerrar el punto.
Jugá con las alturas
En el tenis no solo importa la dirección y la potencia, también la altura. Variar el bote de la pelota puede ser devastador para un jugador que no se adapta fácil.
Alterná pelotas cortas y bajas que obliguen al rival a agacharse con globos profundos que lo manden al fondo.
Jugá topspins bien altos al revés, y en el siguiente tiro buscá un slice bajo.
Este contraste rompe la comodidad del oponente y lo obliga a ajustar constantemente su postura y tiempo de impacto.
Tené presencia en la red
Muchos amateurs evitan subir a la red porque sienten que es arriesgado. Sin embargo, dominar esa zona te da una ventaja enorme.
Practicá voleas firmes y colocadas, incluso en entrenamientos.
Combiná el saque agresivo con una subida inmediata: esto presiona al rival y reduce sus opciones de devolución.
Ejemplo clásico: saque abierto al revés, subida a la red y volea cruzada corta. Una táctica simple pero muy difícil de contrarrestar cuando se ejecuta con decisión.
Sé impredecible
El peor enemigo de cualquier jugador es volverse predecible. Si repetís siempre el mismo patrón de golpes, tu rival se va a adelantar a cada jugada.
Alterná efectos: slice para cortar el ritmo y topspin para empujar al rival hacia atrás.
Cambiá direcciones: si venís jugando cruzado, meté un paralelo inesperado.
En puntos clave, arriesgá con una jugada distinta: un drop shot, un saque al cuerpo o un globo defensivo.
La sorpresa es un arma poderosa: incluso un rival técnicamente mejor puede perder la iniciativa si lo obligás a adivinar constantemente.
Conclusión
El tenis no es solo cuestión de potencia o resistencia física: es un deporte de inteligencia y adaptación constante. Estas tácticas avanzadas te van a ayudar a tomar el control del partido y a sacar de su zona de confort a cualquier oponente.
La próxima vez que entrenes o juegues un partido, probá variar el tempo, abrir la cancha, mezclar alturas, subir a la red y mantenerte impredecible. La clave está en la práctica constante y en animarte a probar nuevas combinaciones hasta que se vuelvan parte natural de tu juego.
Recordá: cada punto es una oportunidad no solo para demostrar fuerza, sino también cabeza. Y muchas veces, es la mente la que define al verdadero ganador.













